Mi nombre real es Viviana del Carmen Aracena Barraza, nací el 19 de mayo de 1979  (Coquimbo- Chile). Desde que tengo memoria me crié junto a mi madre Matilde (Maestra de cocina), abuela y hermanos, en un pueblo llamado Los Vilos, que amo con cada fibra de mi ser.  Mis letras vienen de cuna, las llevo en la sangre que corre por mis venas a través de mi difunto padre Pedro (albañil, panadero y poeta), enamorado de los Valles de mi querida y admirada Gabriela Mistral. A mi padre lo vine a conocer a la edad de 19 años.  Ese día llegó con un cuaderno de borrador de hojas amarillas, lo depositó en mis manos, ahí fue cuando entendí tantas cosas y encontré respuestas a muchas preguntas que hacían eco en mi Alma.

Mi seudónimo “Vivian Ceori” está inscrito en el derecho de autor de Santiago de Chile desde el año 1999, lo inscribí junto con el primer libro que escribí desde los 16 a 19 años se titula “Poesía de la vida”.

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Me considero poeta artesana, dueña de mis propias palabras, libre para entregar a quien reciba con agrado páginas que van describiendo pedazos de mis días, como un gran diario de vida que voy matizando con el color de las acuarelas, la magia, las palabras y la fantasía. Si me preguntan... ¿qué encuentro en ellas cuando veo una obra finalizada?, les aseguro que una infinita paz y un dulce sosiego que calma a mi corazón sensible, soñador y alborotado.

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 Qué quién soy en realidad "Soy simplemente poesía" en la suma de mis días,  en cada paso voy derrochando un poco de ella,  porque la llevo en mis venas, porque nos pertenecemos. Sumo a ello la  interminable escuela de la vida de la cual nunca nos graduamos "pasa que nos quedamos eternamente dormidos esperando llegar a alcanzar la sabiduría, sin darnos cuenta de que la sabiduría no tiene edad, tiempo, ni espacio".  Escribo desde que era una niña, a mis 6 años ya lograba vislumbrar pequeños versos y leía poesía  como si algo en mi interior se sintiera parte de ella. Tuve la fortuna de que Dios puso personas en mi camino que me guiaron y ahora ven los frutos en una pequeña gaviota soñadora. "Me encontré con las personas precisas y los profesores han sido hasta el día de hoy mi mayor tesoro".

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La gaviota es el símbolo de libertad, son mis pequeñas alas que vuelan bajo y alto, depende de los vaivenes y las pausas que me da la vida...